Maratón de Valencia 2014 – La crónica

Un poco más y no la escribo. Ya hace mucho desde ese 16 de Noviembre, pero por una cosa o por otra he ido retrasando esta crónica que muchos me habéis pedido. Y con una de esas cosas es con la que quiero empezar el post:

– Un motivo de este retraso se ha debido a que, 2 semanas después de la carrera (justo cuando pensaba escribir la crónica), estuve bastante malucho. Nada grave, pero perdí absolutamente toda la fuerza en brazos y manos, hasta el punto de que era casi incapaz de vestirme, escribir o teclear en el ordenador. Tras descartar gripe, virus, etc…. los análisis de sangre dieron la respuesta: Una enzima llamada CREATINKINASA (CK) tenía un valor cercano a 1000, cuando los valores de referencia van de 0 a unos 300. Ahí estaba la respuesta: El doctor me confirmó que esta enzima, en palabras sencillas, mide la destrucción muscular, y que es normal que se presentara 2 semanas después de la carrera si no se había hecho una necesaria ingesta adicional de proteínas en este periodo (como era mi caso). Os aseguro que he aprendido un montón sobre la CK y sobre las necesidades nutricionales para un corredor amateur como yo. Y os aseguro que no me volverá a pasar lo mismo: Hay que comer MUCHAS proteínas antes y después de un Maratón.

– Otra excusa para no haber escrito la crónica antes es que me he unido a un grupo de entrenamiento (@runningZgz) y, desde que volví a entrenar tras el incidente de las proteinas, estoy siguiendo un plan específico para el Maratón de Tokyo, que llega en nada!! (mis compis correrán el Maratón de Sevilla, y yo el de Tokyo, que coinciden en la fecha del 22 de Febrero de este año). Una experiencia absolutamente positiva, pero que también me requiere una dedicación específica, y que merece un post en otro momento.

Bueno, vamos ya con las cosas que os quiero contar sobre este Maratón de Valencia 2014:

– La feria del corredor: Bastante chula y con un ambiente muy bueno. Además, se hace en la misma salida del Maratón, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, con lo que el marco es excepcional. No compro nada porque voy servido de todo para la carrera (ropa, geles…), pero es un buen sitio para aprovisionarte si algo se te ha pasado por alto.

– El circuito, la organización y la gente: El circuito es completamente urbano, bastante llano, con avenidas muy muy anchas, pero repite algún tramo (lo que no me gusta nada). La parte positiva es que sabes dónde forzar más y menos en esos tramos. La llegada, en una pasarela sobre el lago del Museo de las Ciencias, es ALUCINANTE. Cruzar esa meta es de lo más emocionante, os lo aseguro. La organización es perfecta, con avituallamientos sin aglomeraciones y en los que dan BOTELLAS de agua/sales en vez de vasos (no recuerdo si de 33 o de 50cl, pero con el cuello estrecho, para poder llevarlas unos Kms sin que se te atrofie la mano!): Os parecerá una chorrada, pero poder coger la botella, beber sin chipiarse a la vez que corres (prueba a hacerlo con un vaso) y aguantar con ella unos Kms hasta acabarla, es fabuloso. Y la gente… lo mejor de la carrera, sin duda. Hay muchísima, y animan muchísimo!!! Yo no he corrido nunca la Behobia (a ver si este 2015 hay suerte), pero si lo que dicen es verdad, los ánimos tienen que ser ensordecedores para ganar a los de Valencia.

Y ahora lo interesante… la carrera:

El día es perfecto para correr: Sol, nada de frío, y un ambiente excepcional. Pero yo afronto la carrera con bastante poca moral: Llevo una semana con un catarrazo de aupa y realmente tengo muy serias dudas de poder acabarla. Me encuentro con fuerzas, pero la naríz es una fuente y la tos no para. Me sabe fatal porque creo que la he preparado muy bien, pero este catarro me hace replantearme los objetivos. Voy a correr con un paquete de kleenex en la mano, no os digo más.

Llego a la salida con bastante antelación (casi 40 minutos), porque temo que los más de 13.000 inscritos hagamos que la salida sea un poco caótica o complicado acceder a los cajones. Tras la visita de rigor a los baños portátiles (abundantes y accesibles, un acierto) y el calentamiento obligado, me dirijo a mi cajón. Obviamente, es de los lentos, y ya sabéis que me gusta evitar las multitudes… así que salgo realmente atrás, de los últimos de mi cajón, que, a su vez, es de los más retrasados…

Zona de calentamiento:

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Foto en la salida:

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Salgo muy muy suave, a más de 6min/km y, aún así, adelantando a mucha gente. No me gusta nada tener que ir haciendo zigzag y adelantando sin parar para poder encontrar un hueco con gente con ritmo afín y, de hecho, no dejo de hacerlo hasta el Km 5. Me encuentro muy fuerte de piernas, pero voy usando kleenex y sigo sin tenerlas todas conmigo. Voy bebiendo agua (más que en Toronto. BIEN). Pero, de nuevo, no me tomo el primer gel hasta el km. 20 (MAL. Desde que estoy en runningZGZ he aprendido mucho).

Paso la media en 2:05:47, tiempo oficial…creo que salí unos 4 minutos después así que llevo un tiempo similar al de Toronto Y ME VENGO ARRIBA (MAL. MUY MAL). Y todavía más cuando veo a Ana y Rodrigo animarme en el 25. Así que literalmente vuelo de ese Km 21 hasta el 30. Como en Toronto, son mis mejores kilómetros… pero en ese km 30 empieza el infierno. Aquí noto el no haber tomado más geles desde el principio, y el catarro parece que pesa más. Y lo peor, las piernas han perdido fuerza de repente. Otra vez. Y esta vez peor porque estoy bastante flojo y me acuerdo de lo que pensaba en la salida sobre acabar la carrera. No es un ‘muro’ como el de Toronto, que llegó más tarde. Es una flojera general mucho más fuerte y, lo peor, que ha venido MUY pronto. Estar así en el 30 es tener todas las papeletas para no llegar.

El caso es que, no sé muy bien cómo, pero paso esos 10 km hasta el 41 sufriendo como un perro, como nunca lo había hecho, sin mirar el reloj para no venirme abajo (intuyo un tiempo desastroso) y pensando eso de «qué necesidad tengo de pasar por esto…» que todo maratoniano popular sabe. En esas que en el 41, justo antes de la bajada a la pasarela de meta, vuelvo a ver a Ana (Rodrigo debe estar por ahi, pero yo no alcanzo a ver nada) y recobro fuerzas. Un poco más y llego a la recta. Y ahí me decido a mirar el reloj…. 3:52!!!!! Estaba convencido de que iba por las 4:15 o similar. Así que, con un dolor de piernas como nunca, trato de apretar (obviamente no lo logro, pero al menos se me olvida un poco el sufrimiento) y llego a meta con un tiempo real de 3:58:10 !!!!! He mejorado en un minuto el tiempo de Toronto!!!!! Me repito de nuevo, pero cruzar la meta de Valencia por esa pasarela es una pasada. Si corres Maratón tienes que hacerlo.

Os parecerá de risa, pero a mí me parece increíble haber mejorado mi tiempo en minuto. Con todo lo que he pasado en esta carrera!

Foto en la llegada, con Ana y Rodrigo. Es una foto regular, pero a mí me encanta. Me acordaré siempre de ese momento:

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Y para acabar, alguna cosa que voy a dejar escrita para que no se me olvide:

-Pensarmelo 2 veces antes de volver a correr un maratón con catarro. Correr 42Km con un paquete de kleenex en la mano y estando pendiente de los mocos y la tos no es nada agradable. Os lo aseguro. Por otro lado, la satisfacción de llegar a la meta pese a ello, incluso haciendo MMP (aunque sea por 1 minuto), tampoco tiene precio…

-SIEMPRE SIEMPRE SIEMPRE hacer una ingesta de proteínas superior a la normal desde 10 días antes y hasta 10 días después de la carrera. Eso además de la obligada carga de carbohidratos y de agua la semana anterior (recordad ese famoso dicho del #postureorunner: «La semana de antes del Maratón, beber agua no es beber agua, se llama hidratarse» 🙂

-Siempre afrontar la salida con mucha moral: Haya pasado lo que haya pasado antes de la carrera, si estás ahí es porque has decidido correrla, y sólo se puede disfrutar si se afronta con optimismo.

– No creo que vuelva a correr en Valencia, no por nada en especial (de hecho me gustó mucho), pero 13000 almas juntas es mucho para mi gusto si no se trata de un Maratón ‘especial’ (por ejemplo, uno de los Majors). Disfruté bastante más el Maratón de Toronto (con apenas 1500 inscritos). En Tokyo me esperan unos 35ooo participantes, ya os contaré si finalmente aborrezco los maratones multitudinarios o me reconcilio con ellos.

– Es una muy buena idea dejar de mirar el reloj cuando te llega una pájara. Mi corta experiencia me dice que siempre vas más rápido de lo que piensas, y alargar ese rato de incertidumbre hace que, cuando vuelves a mirar el reloj, te suba la moral.

– En Tokyo prometo hacer muchas más fotos, y hacer un post mucho más visual que este 🙂

Y ya no os doy más la lata. Que no queda nada para ese 22 de Febrero y ese Maratón de Tokyo!!!!. Os cuento cómo lo llevo en otro post, espero que muy pronto.